Si bien los mercados de materias primas se han visto muy afectados, y los metales fueron los más afectados por la caída de los precios mundiales tras la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales estadounidenses de 2024, los mercados agrícolas han mostrado signos de recuperación. La victoria de Trump, con más de 270 votos electorales, significa que está de regreso en la Casa Blanca y prepara el escenario para otro mandato marcado por políticas proteccionistas, independencia energética y negociaciones comerciales agresivas.
Los metales se vieron duramente afectados, con la caída de los precios del oro y el cobre.
Los metales preciosos sufrieron un golpe tras el resultado electoral, y el cobre cayó casi un 4%, su mayor pérdida intradía en cinco meses. La liquidación ha sido impulsada por las expectativas de que la administración Trump pueda favorecer políticas que impulsen el crecimiento económico a expensas de los metales preciosos. Los operadores anticipaban un dólar más fuerte y posibles presiones inflacionarias.
El cobre se vio particularmente afectado. El metal, un componente clave de la transición a la energía verde, ha perdido valor en medio de preocupaciones de que Trump pueda revertir los subsidios para vehículos eléctricos y proyectos de energía renovable. Esto reducirá la demanda de cobre, que es fundamental para las baterías y la infraestructura de los vehículos eléctricos.
El zinc, otro metal industrial, también bajó de precio. Las acciones galvanizadoras se vieron afectadas por la preocupación de que la política prometida por el presidente Trump para promover la manufactura estadounidense pudiera conducir a una disminución en la demanda de acero chino e interrumpir la cadena de suministro global. El zinc participa estrechamente en la producción de acero, especialmente en China, el mayor productor de acero del mundo.
Los productos agrícolas responden con movimientos mixtos.
Los productos agrícolas mostraron cierta recuperación después de las pérdidas iniciales. Los futuros del maíz y el trigo subieron y los precios de la soja se recuperaron de las pérdidas del día anterior. Esto se debió al repunte de los futuros del aceite de soja. Sin embargo, el sector agrícola es muy sensible a los cambios en la política comercial, especialmente con China. China es un importante importador de soja estadounidense y la victoria de Trump ha generado preocupaciones sobre posibles aranceles a los productos agrícolas, en particular a la soja. Una medida así podría enfrentar medidas de represalia por parte de China, lo que podría perturbar aún más el comercio.
La fortaleza del dólar estadounidense, que se ha disparado en respuesta a la elección del presidente Trump, también se suma a los desafíos que enfrentan los productores de granos estadounidenses. Un dólar más fuerte podría encarecer las exportaciones agrícolas estadounidenses para los compradores extranjeros, reduciendo la demanda de cultivos básicos como el trigo y el maíz. Pero con la temporada alta de exportaciones de soja de Estados Unidos acercándose a su fin, el impacto de las acciones de represalia de China tal vez no se sienta hasta el próximo año.
En el lado positivo, los aumentos arancelarios propuestos por Trump sobre las importaciones podrían reducir la disponibilidad de aceite de cocina residual de los productores de biocombustibles, lo que podría aumentar la demanda de aceite de soja de producción nacional, una materia prima clave para la producción de biodiesel. Esto podría ser una buena noticia para los productores de soja estadounidenses a largo plazo.
Sectores de minería y energía para el crecimiento
Aunque las materias primas como los metales y los productos agrícolas enfrentan desafíos, la victoria de Trump parece ser positiva para el sector minero. Durante su primer mandato, Trump dio prioridad a la independencia energética y la desregulación, lo que ayudó a impulsar la producción nacional de petróleo, gas y carbón. Su mandato podría indicar un impulso renovado para expandir la minería y la perforación, especialmente de minerales clave como el cobre, el uranio y las tierras raras.
El presidente Trump ha enfatizado repetidamente la necesidad de reducir la dependencia de minerales extranjeros, especialmente de China, y podría tomar medidas para agilizar los permisos de minería y flexibilizar las regulaciones ambientales. El sector minero, en particular el cobre y el uranio, podría experimentar un aumento de la inversión y la actividad bajo la administración Trump. De hecho, se podría agregar el cobre, que actualmente no está en la lista estadounidense de minerales críticos, lo que permitiría financiamiento y reformas que podrían acelerar la producción nacional.
La industria de metales industriales y acero de China podría enfrentar vientos en contra, ya que Trump promete imponer un arancel del 60% a los productos chinos para impulsar la manufactura estadounidense.
源::아시아 타임즈 코리아
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