enero 30, 2025

La orden ejecutiva de Trump está aumentando la incertidumbre sobre la financiación de combustibles limpios y los proyectos de hidrógeno.

En su primera acción significativa en materia de política energética, el presidente Donald Trump ordenó a las agencias federales que dejaran de gastar de inmediato los fondos asignados a través de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) y la Ley de Empleo e Inversión en Infraestructura (IIJA), una medida que su predecesor, el presidente, detuvo varias veces. proyectos e iniciativas de energía limpia que habían contado con el apoyo bipartidista durante la administración Biden.

Aprobada en 2022, la IRA es una de las leyes más amplias de la historia reciente de Estados Unidos, diseñada para promover una economía energética más limpia a través de una variedad de subsidios e incentivos fiscales. Un foco clave de la ley fue la financiación para promover el hidrógeno verde y azul. Incluía 7 mil millones de dólares para construir siete centros de hidrógeno limpio, cada proyecto produciendo hidrógeno verde (electricidad renovable), hidrógeno azul (gas natural con captura de carbono) e hidrógeno rosa (producido mediante energía nuclear). Se esperaba que parte del hidrógeno producido se suministrara a la industria naviera, donde el hidrógeno es una materia prima importante para producir amoníaco y metanol limpios.

Pero la nueva orden ejecutiva de Trump retrasa significativamente la continuación de estos planes. En una orden titulada “Liberar la energía estadounidense”, el presidente Trump ordenó a los departamentos y agencias que suspendieran el desembolso de fondos del IRA y del IIJA. Esto plantea dudas sobre el futuro de los proyectos relacionados con el hidrógeno y si la administración Trump dará prioridad a los combustibles fósiles en lugar de buscar alternativas energéticas con bajas emisiones de carbono.

El recorte de financiación afectará a una serie de importantes centros de hidrógeno limpio que ya estaban en desarrollo. El Mid-Atlantic Clean Hydrogen Hub, uno de los primeros en recibir un tramo de financiación, recibió 18,8 millones de dólares del total de 750 millones de dólares asignados al proyecto. Pero queda mucho más por hacer, y varios centros de hidrógeno aún esperan aprobación para gastar fondos adicionales.

La orden ejecutiva de Trump otorga a las agencias federales 90 días para revisar sus asignaciones de fondos y evaluar si son consistentes con las políticas energéticas de la nueva administración. La revisión podría tener implicaciones de gran alcance para el futuro de la energía del hidrógeno y otras tecnologías de combustibles limpios, especialmente dado el objetivo de Trump de maximizar el potencial energético de Estados Unidos aumentando la dependencia de las fuentes nacionales de combustibles fósiles.

El crédito fiscal por hidrógeno verde sigue siendo seguro por ahora, pero la incertidumbre que rodea a la orden ejecutiva de Trump está repercutiendo en toda la industria. Con el futuro a largo plazo del IRA y otros incentivos a la energía limpia en juego, las partes interesadas se preguntan si se frenará el impulso hacia los combustibles limpios o si los proyectos podrán avanzar bajo el marco de la nueva administración.

源::아시아 타임즈 코리아

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