Ucrania ataca dos depósitos de municiones en el interior de Rusia

KIEV, Ucrania >> Ucrania informó hoy que atacó dos grandes depósitos de municiones en el interior de Rusia durante la noche. Fue el segundo ataque de este tipo en menos de una semana, en un intento de Kiev de intensificar los ataques contra bases y depósitos militares rusos para tratar de perturbar la logística militar de Moscú y frenar el avance de sus tropas en el campo de batalla.

Los ataques anunciados hoy tenían como objetivo depósitos de municiones cerca de las ciudades de Toropets, en el noroeste de Rusia, y Tikhoretsk, en el suroeste del país. Ambas instalaciones están a más de 200 millas del territorio controlado por Ucrania, y una de ellas ha sido identificada como un importante centro de almacenamiento de municiones que Rusia ha adquirido de Corea del Norte.

Ucrania afirmó que sus fuerzas armadas habían atacado el depósito cerca de Toropets con drones, pero no especificó los tipos de armas utilizadas en el ataque a Tikhoretsk, limitándose a decir que los arsenales habían sido “alcanzados por el fuego”, lo que plantea la posibilidad de que hubiera utilizado un nuevo tipo de arma.

El ataque se produjo mientras Ucrania lleva semanas presionando a sus aliados para que le permitan utilizar misiles potentes suministrados por Occidente para atacar objetivos en el interior de Rusia. Según el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, esa autorización aún no se ha concedido y, mientras tanto, su país ha tratado de modificar los misiles y drones que ya tiene en su arsenal para utilizarlos a larga distancia.

Rusia no ha reconocido directamente los ataques a los depósitos, pero las autoridades regionales dijeron que un ataque con drones en Tikhoretsk había “provocado un incendio que se extendió a objetos explosivos” y detonado. Unos 1.200 residentes fueron evacuados de la zona. La agencia estatal de noticias rusa Tass informó de que un ataque con drones cerca de Toropets había obligado a evacuar una estación de tren y a suspender el tráfico en una autopista.

Los satélites de la NASA detectaron hoy varios incendios en los dos depósitos. El ataque se produjo cuatro días después de que otro depósito de municiones cerca de Toropets fuera atacado por drones ucranianos, lo que provocó una enorme explosión. En los vídeos se pueden ver grandes bolas de fuego iluminando el cielo nocturno.

Los expertos militares han dicho que los ataques a los arsenales de armas son cruciales para que Ucrania debilite la abrumadora superioridad de fuego de Rusia en el campo de batalla. Cada semana, Rusia bombardea posiciones y ciudades ucranianas en el frente con misiles, bombas guiadas y proyectiles de artillería. Los soldados ucranianos llevan mucho tiempo sin contar con armamento en el frente, y Zelenskyy dijo en abril que Rusia dispara 10 proyectiles por cada uno ucraniano.

Serhii Kuzan, presidente del Centro de Seguridad y Cooperación de Ucrania, un grupo de investigación no gubernamental, dijo: “La única manera de derrotar al ejército ruso es derrotar su logística”, más específicamente destruyendo sus depósitos de municiones.

“Se trata de la destrucción del componente más importante de la guerra”, añadió. “Los tanques y las armas sin munición no dispararán y serán simplemente ineficaces”.

El ataque anterior a un depósito de municiones la semana pasada tuvo lugar el miércoles, justo en las afueras de Toropets, y parece haber causado graves daños. Los satélites de la NASA siguieron detectando incendios en ese depósito hoy, y las imágenes satelitales publicadas por el Ministerio de Defensa británico mostraron búnkeres de almacenamiento destruidos y cráteres de 85 metros de ancho.

El ministerio británico afirmó que el depósito “casi con toda seguridad albergaba municiones de distintos calibres para uso en primera línea, así como misiles y bombas planeadoras utilizadas en aeródromos cercanos”.

El coronel Ants Kiviselg, jefe del centro de inteligencia militar de Estonia, dijo a los periodistas el viernes que “en el ataque detonaron 30.000 toneladas de artefactos explosivos”, el equivalente a unos 750.000 proyectiles.

“Eso supone un suministro de munición de dos a tres meses” para las fuerzas rusas en Ucrania, señaló. “Como resultado de este ataque, Rusia ha sufrido pérdidas de munición y veremos el impacto de estas pérdidas en el frente en las próximas semanas”.

Su valoración no pudo ser confirmada inmediatamente.

No está claro si los ataques de hoy tuvieron un impacto similar, pero uno de los dos depósitos que fueron atacados, el que está cerca de Tikhoretsk, ha sido utilizado como lugar de almacenamiento de municiones norcoreanas enviadas a Rusia, como lo documentaron varios centros de estudios y lo confirmó la Casa Blanca el otoño pasado.

Desde finales de 2022, Rusia ha recurrido a comprar proyectiles y misiles de Corea del Norte, que posee un vasto suministro de armamento de la era soviética, según han dicho funcionarios estadounidenses y analistas independientes.

Muchas de esas armas llegaron al depósito de Tikhoretsk, cuya capacidad de almacenamiento se ha incrementado recientemente, según informes del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, con sede en Washington, y el Royal United Services Institute, con sede en Londres.

Las imágenes de finales de septiembre de 2023 “muestran trenes llegando a las instalaciones, entregando docenas de contenedores del mismo tamaño y colores que los que se cargan en Corea del Norte”, señala el informe del instituto.

El ejército ucraniano afirmó que poco antes del ataque de hoy se habían entregado al depósito 2.000 toneladas de municiones, algunas de ellas procedentes de Corea del Norte. Esta afirmación no pudo ser verificada de forma independiente.

Los funcionarios ucranianos han dicho que la inyección de armas norcoreanas en el campo de batalla, particularmente proyectiles de artillería, ha ayudado a las fuerzas rusas a mantener una ventaja.

“De todos los aliados de Rusia, nuestro mayor problema es Corea del Norte”, dijo el general Kyrylo Budanov, jefe de la inteligencia militar de Ucrania, en una conferencia de seguridad celebrada la semana pasada en Kiev. “Porque con el volumen de productos militares que suministran, en realidad afectan a la intensidad de los combates”.

Los analistas afirman que el depósito de Tikhoretsk también ha sido un importante nexo de unión para el suministro de las fuerzas rusas. Está aproximadamente equidistante de la zona de combate en el sureste de Ucrania y de Crimea, la península ocupada por Rusia que ha sido un importante centro logístico para canalizar municiones al resto del frente sur.

No está claro el conjunto completo de armas que utilizó Ucrania para atacar los depósitos.

Justin Bronk, investigador principal sobre poder aéreo y tecnología en el Royal United Services Institute, dijo que era “enteramente posible detonar municiones almacenadas al aire libre, incluso con ojivas relativamente pequeñas” transportadas por drones de ataque “si impactan en el lugar correcto”.

Pero Kuzan dijo que los depósitos de municiones a menudo estaban protegidos con bermas de tierra y refugios subterráneos de hormigón que los hacían difíciles de atacar con drones.

“Para hacer esto no se necesita simplemente un misil, debe ser un misil pesado”, dijo, señalando las armas de largo alcance suministradas a Ucrania por los aliados occidentales, como los misiles franco-británicos Storm Shadow.

Pero hasta ahora los aliados de Ucrania le han prohibido a este país utilizar esas armas dentro de Rusia. Zelenskyy dijo a los periodistas el viernes que la Casa Blanca temía que esa autorización intensificara la guerra. Agregó que aprovechará un viaje a Estados Unidos la próxima semana para intentar persuadir al presidente Joe Biden de que levante la prohibición.

Para evitarlo por ahora, al menos en parte, Ucrania ha comenzado a desarrollar sus propias armas, como misiles antibuque modificados para ataques terrestres, que dice haber utilizado ya para atacar la infraestructura petrolera rusa. Ucrania también afirma haber desarrollado drones con cohetes de largo alcance que llevan grandes ojivas y pueden atacar objetivos a cientos de kilómetros de distancia.

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Este artículo apareció originalmente en The New York Times.

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