Los canales de Disney dejaron de transmitir en DirecTV el domingo, dejando a millones de suscriptores del servicio de televisión satelital sin acceso a importantes cadenas como ESPN y ABC y cortando la audiencia del torneo de tenis US Open.
La disputa significa que la mayoría de los aproximadamente 11 millones de suscriptores de DirecTV en Estados Unidos no pueden ver ESPN; la cadena de transmisión ABC, que transmite el US Open, también quedó sin servicio para muchos clientes.
La interrupción del servicio es el último ejemplo de una disputa rutinaria entre una empresa de programación de televisión y su distribuidora que termina en una interrupción del servicio. Normalmente, ambas partes deben acordar nuevos términos cada pocos años y, de no hacerlo, corren el riesgo de distanciarse de los clientes, que cada vez están más desencantados de tener que pagar por la televisión tradicional. A largo plazo, estas disputas por la transmisión no son rentables para ambas partes y, por lo general, se resuelven en unos pocos días.
Los contratos suelen redactarse de forma que venzan en los períodos de mayor interés de los espectadores, lo que da a ambas partes un incentivo para llegar a un acuerdo antes de que los canales dejen de funcionar. La disputa de Disney con DirecTV fue el último ejemplo: la interrupción comenzó en vísperas del Día del Trabajo, cortando el acceso a muchos clientes que se estaban preparando para el fin de semana largo.
Disney se ha visto en el centro de otras disputas con distribuidores de televisión hartos de pagar tarifas elevadas por canales como ESPN cuando la empresa está gastando generosamente para producir programas para Disney+ y sus otros servicios de streaming. Hace un año, Disney estaba enzarzada en un enfrentamiento con el sistema de cable Charter que se resolvió después de que los dos acordaran un pacto que daba a los clientes de Charter acceso a los servicios de streaming de Disney a una tarifa más baja.
Las primeras horas de las disputas por los servicios de transporte se llenan rápidamente de acusaciones mutuas, y ambas partes se culpan mutuamente de hacer exigencias financieras poco realistas que privan a los clientes de los canales por los que están pagando. En la era del streaming, los programadores de televisión a veces alientan a los espectadores a buscar sus programas y eventos en un servicio como Hulu o Fubo que transmite deportes en vivo.
En un comunicado, Disney dijo que creía que DirecTV estaba ofreciendo pagar muy poco por su programación.
“Invertimos significativamente para ofrecer las marcas número uno en entretenimiento, noticias y deportes porque eso es lo que nuestros espectadores esperan y merecen”, afirma el comunicado, de Dana Walden y Alan Bergman, copresidentes de Disney Entertainment, y Jimmy Pitaro, presidente de ESPN. “Instamos a DirecTV a que haga lo que sea mejor para sus clientes y finalice un acuerdo que restablezca de inmediato nuestra programación”.
Rob Thun, director de contenidos de DirecTV, dijo en un comunicado que Disney está trasladando contenidos a sus servicios de streaming, aunque espera precios más altos por parte de los distribuidores.
“Disney se dedica a crear realidades alternativas, pero este es el mundo real, donde creemos que cada uno se gana la vida y debe responder por sus propias acciones”, afirmó Thun. Agregó: “La única magia de Disney es hacer que los precios suban y al mismo tiempo hacer que su contenido desaparezca”.
Este artículo apareció originalmente en The New York Times.
© 2024 The New York Times Company
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