Una investigación innovadora revela una dinámica compleja de interacciones entre cultivos y polinizadores

La polinización animal desempeña un papel importante en la producción mundial de alimentos y representa un tercio de ella. Sin embargo, hay investigaciones limitadas sobre cómo la identidad de los polinizadores, el polen que transportan y las variedades de cultivos que visitan afectan el valor nutricional, sensorial y comercial de la fruta. Los polinizadores influyen en la calidad de los cultivos a través de sus patrones de movimiento a través de los campos y las variedades de plantas específicas que visitan. En un artículo reciente publicado en Trends in Plant Science, investigadores de la Universidad de Göttingen sostienen que el enfoque en la promoción de los polinizadores ha oscurecido la importancia de mejorar la calidad de las plantas. Sugieren que se debe prestar más atención a comprender el comportamiento de los polinizadores específicos de cada especie y cómo se distribuyen las variedades de cultivos en los campos para mejorar la calidad de las plantas.

La polinización animal es esencial para aproximadamente dos tercios de los cultivos más importantes del mundo, incluidas muchas frutas, nueces y legumbres. Este cultivo aporta más del 90% de la vitamina C de la dieta, junto con carotenoides y antioxidantes esenciales. Por ejemplo, se ha demostrado que las abejas aumentan el contenido de ácidos grasos poliinsaturados y el rendimiento de aceite en la colza, así como el contenido de aceite y el peso del fruto en los aguacates.

Los investigadores enfatizan que es importante considerar no solo la cantidad de polinizadores, sino también sus especies específicas, las variedades de cultivos que visitan y el tipo de polen que transmiten. Argumentan que los cambios en el comportamiento de los polinizadores o en la disposición de las plantas pueden hacer que la transferencia de polen sea ineficiente. Por lo tanto, la calidad de los cultivos depende no sólo de cuántos polinizadores están activos, sino también de cómo las diferentes especies de polinizadores interactúan con la planta espacial y temporalmente.

El equipo concluyó que las investigaciones futuras deberían centrarse en mejorar no sólo la cantidad sino también la calidad de los cultivos. Una mejor composición de nutrientes beneficia directamente la salud del consumidor. Para ello, sugieren considerar la diversidad de cultivos y la calidad del polen para promover la polinización cruzada. También abogan por comparar la calidad de las variedades autógamas y alógamas. Además, recomiendan diseñar áreas de cultivo y paisajes circundantes para permitir el movimiento eficiente de los polinizadores, asegurando una polinización óptima y una mejor calidad de la fruta. La profesora Teja Tscharntke, la Dra. Carolina Ocampo-Ariza y la Dra. Wiebke Kämper del grupo de Agrobiodiversidad Funcional y Agroecología de la Universidad de Göttingen destacan la necesidad de un enfoque más integral para la investigación de polinizadores que enfatice tanto la diversidad de los polinizadores como la calidad de las plantas.